jueves, 27 de marzo de 2014

Niños salvajes

Empezaré explicando que las personas denominadas "niños salvajes" son aquellas que han vivído fuera de la sociedad durante un largo período de su infancia. Existen muchísimos casos a lo largo de la historia en la que los niños son abandonados por diferentes motivos y conviven durante muchos años con animales. Las leyendas y mitos en torno a estos casos son numerosos. Las más antiguas leyendas en las que se habla de niños salvajes son la leyenda fundacional de Roma la, conocida por todos, historia de los gemelos Rómulo y Remo, quienes fueron criados por una loba o novelas como "Tarzán" y "El libro de la selva".


Estos ejemplos de niños salvajes demuestran como el ser humano necesita estar en sociedad para poder construirse como tal puesto que las personas que viven al margen de la sociedad, aunque tienen forma humana, carecen de las capacidades que habitualmente consideramos que nos hacen humanos. Así como afirmaba Aristóteles:
"Los hombres son claramente un animal pero no un animal cualquiera, son un animal social. El ser humano por naturaleza se organiza en sociedades y gracias a ellas se puede hacer un hombre pleno y alcanzar la felicidad puesto que si no viviese en sociedad sería un animal más, no como un hombre."
La vida humana no es posible al margen de una sociedad, sin ella seríamos animales salvajes, sin lenguaje ni valores morales ni la educación que nos enseñan desde pequeños.
Además, en todos los casos que se tiene constancia, el intento de ingreso de un niño salvaje en el mundo social han sido un total fracaso. Un ejemplo reciente es Rochom P'ngieng, la niña salvaje camboyana que después de aparecer tras 9 años perdida en la jungla no conseguía adaptarse en la civilización. No recordaba hablar, emitía gruñidos y se negaba a vestirse.
En conclusión, la esencia del hombre se encuentra en la sociedad que forma con los demás humanos que le permite construirse y desarrollarse como tal.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Bien María. Convendría destacar que hay bastante diferencia entre la realidad y los mitos. Los niños de las fábulas son más nobles y puros que los "contaminados".
    Saludos

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